Esta historia recuerda fielmente a personajes hasta ahora mal entendidos y pertenecientes al colectivo LGTBI, que desde el mundo del espectáculo vivieron una época muy diferente a la actual.
El teatro, la revista musical y el cine, fueron un gran refugio para determinados artistas durante el Franquismo, porque aplicando leyes como la de Peligrosidad Social o Escándalo Público, pudieron encarcelar a la mayoría de ellos sólo por el hecho de ser homosexuales.
Es de justicia recordar que antes de ser abolidas estas leyes, muchos de nuestros protagonistas pasaron difíciles momentos actuando sobre los escenarios para reivindicar sus derechos. La imagen masculina feminizada con tacones, plumas y lentejuelas es el comienzo de un gran avance.
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